De como una mascota te cambia la vida
Hola a todos
los que me estén leyendo, que para el momento en que este al aire este blog
solo serán mis amigos y familiares a los que prácticamente he obligado a
visitarme.
En realidad
no sé mucho como es el mundo de los blogs, me estoy estrenando en esto, pero
quise empezar porque quería compartir con todos esta maravillosa experiencia de
contar en mi vida con estos seres extraordinarios, que poco a poco se han
metido tan hondamente en mi corazón y que ahora es imposible imaginar mi vida
sin ellos.
Ahora bien ¿qué
podrán leer y ver en este blog? La intención principal es compartir con todos ustedes
mis experiencias con mis hijos, generando una comunidad de amantes de las
mascotas que permita ayudar a otros o ayudarme a brindarle más amor y mejore
cuidados a estos seres tan especiales en nuestras vidas.
Entonces
vamos a darlos a conocer: Tyler y Mía son los nombres de mis hijos, dos
maravillosos Schnauzers Miniatura que son padre e hija. Tyler (que es el gris)
tiene 8 años y es venezolano de nacimiento. Mía por su parte (blanquita) va
para 2 años en agosto y nació en la hermosa ciudad de Panamá, donde actualmente
viven ambos.
A pesar de
haber tenido otros perros en mi vida, Tyler fue el primero del cual he
sido totalmente responsable, desde estar pendiente de su comida hasta el hecho
de llevarlo al médico.
Siempre me
he considerado amante de los perros, pero desde que Tyler llegó a mi vida este
amor pasó a otro nivel, quizás un poco raro para algunas personas que no tienen
mascotas pero a medida que me adentré más en este mundo me he dado cuenta que
no soy el único que se siente así. Ese lazo que se genera entre tu mascota y tú
se vuelve demasiado fuerte. ¿Y quién no se engancharía cuando te llega un
pequeñín como este a tu vida?
Creo que la decisión de ser
responsable de un pequeñín a una edad adulta fue la mejor que pude tener, ya
que es una responsabilidad que va a cambiar tu vida. En mi caso fue para
bien, pero no es algo sencillo. Como todo en la vida, cada cosa requiere de
esfuerzo y dedicación, además de una alta dosis de paciencia; pero créanme
que da sus frutos y esos frutos son sin arrepentimiento.
Al asumir una responsabilidad de tener una mascota, hay que saber que
no siempre todo va a ser fácil. Tener una mascota es como tener un hijo, a
pesar de que la mayor parte del día estarán tranquilos, tienes que brindarles
toda tu atención, estar pendiente de sus comidas, de que duerman bien y de
que se sientan bien. Y cuando no lo están, que se enferman, no quieren jugar
o cambian de algún modo, uno debe estar muy pendiente también, total, están a
nuestro cargo.
Todo esto vale la pena cuando te das cuenta de la importancia de su
compañía en tu vida. Tener una mascota impedirá que te sientas solo, porque
aunque no te hable con palabras, tu notas su atención cuando llegas tarde a
casa después de un largo día de trabajo, de cómo te miran cuando llegas,
cuando les das comida o cuando salen a pasear luego de un largo tiempo sin
hacerlo. Tus mascotas a su manera te darán muestras de cariño invaluables, y
eso, eso hace que uno ame esas hermosas patitas peludas…
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