He querido
dedicar mis últimos dos posts a las responsabilidades de uno como padre de un
chiquitín. A diferencia de los seres humanos, ellos son algo más estoicos, es
decir que es difícil que ellos se quejen fácilmente de alguna dolencia. Es así
que al convivir diariamente con ellos logramos desarrollar una manera de
identificar los cambios de humor, de temperamento o de sus rutinas normales;
esto es una bandera roja de que algo está mal con nuestro chiquitín.
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La falta de apetito es síntoma de posibles enfermedades estomacales |
Cada raza
en particular tiene una tendencia de padecer de algo que termina siendo
característico de su raza, en el caso de mis chiquitines, los schnauzer tienden
a sufrir mucho de la piel y de problemas estomacales. En el caso de Tyler, al
tener aproximadamente un año y medio sufrió lo que la veterinaria que tenía en
ese entonces me dijo: Acné juvenil. No se rían, pero es cierto. Resulta que
tuvo una erupción en la piel que era casi imperceptible a la vista pero al
tacto uno se daba cuenta de pequeños bultitos que no eran normales de su piel.
De la misma forma en sus primeros años, era muy curioso y olía y le pasaba la
lengua a todo lo que se le topaba por delante, esto le conllevo a sufrir de
Giardiasis, esta enfermedad se manifiesta a través de diarrea y a veces vómito.
Si tu chiquitín es de los que los tienes en la calle constantemente para pasear
o hacer sus necesidades; es muy probable que pueda sufrir de esta enfermedad.
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Tyler siendo atendido en la veterinaria |
Otra de las enfermedades que Tyler sufrió, y creo que fue la más grave ya que
lo va a acompañar para el resto de su vida, es la pancreatitis, es decir, la
inflamación del páncreas, un órgano muy delicado que regula la producción de
enzimas para digerir los alimentos. Las causas que originaron esto en Tyler son
un misterio, en su momento me dijeron que podría haberse inflamado un órgano
posiblemente el hígado que bien habría apretado al páncreas y originado dicha
enfermedad. Finalmente y en años recientes, se le descubrió que Tyler sufría de
una dolencia congénita que involucraba el corazón: parece que uno de los lados
del corazón no bombea con suficiente fuerza debido a que el grosor del músculo
cardíaco no es adecuado, este caso se logró identificar a tiempo y lo que estoy
haciendo es prevenir una complicación mayor a través de un tratamiento de por
vida. De igual forma Tyler sufrió de Erliquia, enfermedad transmitida por las
garrapatas, que se da muy frecuente en Panamá. A pesar de que Tyler nunca ha
tenido una infestación de garrapatas, basta con que una lo haya picado para que
transmitiera esta terrible enfermedad, que de no tratarse a tiempo puede llevar
a la muerte de nuestro chiquitín ya que impacta directamente a las plaquetas, es decir, su sistema inmunológico. Al lograr controlar la enfermedad no
quiere decir que nunca más la pueda volver a sufrir por ello hay que mantener
un control mensual y constante a través de exámenes de sangre de manera de ver
cualquier cambio en el número de plaquetas de nuestro perro.
Cuando
tienes dos mascotas y hay alguno de ellos que sufre de problemas con bacterias
es importante que trates a los dos como medida preventiva. En el caso de Mía,
al ser más joven no ha sufrido de tantas enfermedades, sin embargo, recientemente
me dio un susto cuando empecé a ver que tenía diarrea y que la misma estaba
saliendo con sangre. El diagnóstico de la veterinaria fue Gastroenteritis
Hemorrágica, enfermedad que también si no se trata a tiempo o controla puede
generar la muerte. Afortunadamente el tratamiento fue de inmediato y Mía sigue
siendo la chiquitina juguetona y feliz de siempre.
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Al tener varias mascotas y uno se enferma debes estar pendiente de verificar que el otro este bien |
Lo
importante de todo esto es que su vida no se ha limitado y lo que quiero
hacerles ver con estos ejemplos de Tyler y de Mía, es la importancia de
un control constante de la salud de tu chiquitín, hemogramas, visitas regulares
de rutina al veterinario, desparasitaciones, colocación de collares
anti-garrapatas, higiene constante de tu mascota, entre otras cosas es lo que
puede conllevar a poder salvarle la vida. Lo más importante que debes
considerar es tener un médico veterinario de cabecera, que conozca a tu mascota,
que sepa de su historia y de ser posible que lo tengas en “speed dial” de
manera de consultarte cualquier anomalía que logres identificar o cambios en
sus estados de ánimo, deberías tener siempre a la mano un báscula para pesarlos
regularmente y tener un termómetro rectal de manera de verificar si la
temperatura ha variado ya que ella te puede dar una señal de que algo realmente
está mal y no es simplemente consentimiento. Es sumamente importante que
tengamos un record de todos los tratamientos, exámenes, vacunas, etc... en una
carpeta y si sales de viaje llevártela de manera que si tu perro le pasa algo y
tiene que ser tratado por otro médico pueda identificar perfectamente que es lo
que tiene. Recuerda siempre que tu chiquitín no es un juguete es un ser vivo
que requiere de cuidados y atenciones, que sufre como un niño y que debe ser
atendido de manera que podamos prolongarle lo más que podamos su estancia aquí
en la tierra a estos ángeles sin alas.
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Nathalia Rivera Veterinaria de Mia y de Tyler |
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